Una tarde, mientras Gervi acomodaba unos alambres, pensé sería buena idea ir donde los caballos a sacar unas fotos. Emprendí la caminata por el mismo sendero marcado por las huellas de la camioneta y camine como si fuesen dos o tres cuatras. Como a la mitad del trayecto, habia un toro que consideré que estaba lejos y no me preocupó. Llegué al destino, miré caballos; fotografié caballos, asusté caballos y cuando me quedé sin equinos retome el camino andado.
A mitad de camino...estaba EL TORO muy cerca del sendero a recorrer. Era colorado y enooorme y por detras se ponía el sol de la tarde. Estaba ahí, comiendo, pero demasiado cerca de MI sendero. Respiré profundo y dije para mis adentros: " Que me podrá hacer este torito?" " Si me asusto y no hace nada....quedo como una boluda y si no me cuido y pasa algo; quedo como una boluda también"
Seguí con paso firme y cuidadoso. Pendiente del toro malnacido ése, al que se le ocurrió ponerse justo en mi camino. Caminé observando cuales eran las probabilidades de huir en caso de una embestida o lo que fuese. O pasaba por allí...o saltaba un alambre que tenía corriente. Pero por ahora venía tranqui...el toro no me registraba.
Ya lo estaba por pasar...cuando el torito levanto la vista, me miró( SÍ, ME MIRO) e hizo BRRRRRRRRR con la nariz.
No se como pasé el alambre sin que me dé la patada....solo se que me encontré en un segundo del otro lado...con el corazón en la boca, el colorado con la cabeza gacha en idéntica situación incial....comiendo mas pasto. Yo sentí que la bestia se me cagaba de risa y para rematar ví que tenía un siete en la rodilla del pantalón. Odié a ese toro.
Algún día....toro reventao, me encontraré comiendo tu chinchulín!!!
El que BRRRRRRR último BBBRRRRRR mejor!
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